Tres jóvenes trabajadores de una gran multinacional, Daniel, Helena y Júlia, esperan ver recompensado su último trabajo: un proyecto en el que han trabajado muy intensamente. Llevan tres años en la empresa y creen que, finalmente, los harán indefinidos. Desgraciadamente, uno de sus compañeros, Alejandro, les comunica la mala noticia: No obtendrán el cargo, seguirán como están.
Frente lo que ven como una terrible injusticia, los tres intentaran diseñar un plan para desestabilizar la empresa. Les importa poco su puesto de trabajo, solo les interesa hacer daño a los que no les valoran suficiente. Apartir de este momento la obra camina a partir de este utópico plan para destruir una multinacional inmensa y poderosa (ellos son pequeños y necesitan un auténtico golpe de suerte para conseguiro) y continua con los hechos, azarosos, afortunados y desafortunados que genera esta decisión tan controvertida.
Inspirada en el videojuego SimCity 2000 de Maxis (1993) Secuela del ya muy conseguido juego de estrategia SimCity, pero esta vez con gráficos mucho más depurados. SimCity fue pionero en los llamados “system simulators” y simula el sistema de una ciudad donde el jugador tiene que hacer todo lo posible para que el mundo que tiene delante y que generado de la nada, prospere. Efectivamente, jugar al SimCity te concedía la sensación de estar actuando como un dios. Era interesante ve como el programa generaba desastres naturales o reacciones inesperadas de la población que ponían contra las cuerdas al jugador.
Texto y Dirección: Jordi Casanovas
Intérpretes: Roser Blanch, Clara Cols, Pablo Lammers i Sergio Matamala
Vestuario: Flyhard
Espacio escénico y sonoro: Jordi Casanovas
Iluminación: Bernat Jansà
Producción: Flyhard Produccions