"Esta es la tercera de las que yo llamo mis «tragedias complejas». El año pasado escribí las otras dos: La sangre y la ceniza (MSV) y El banquete. Ninguna de ellas se ha representado en el momento en el que hago esta nota y este drama. Oficio de tinieblas que es un antecedente de esta inflexión en mi trabajo, tampoco se ha representado aún.
Yo pensaba no escribir más obras teatrales hasta que empezara a contrastar escénicamente los dramas ya escritos; pero la presión de este tema, consecuencia de una larga experiencia personal acumulada, ha sido más fuerte que cualquier proyecto.
Los invito a entrar en esta taberna poblada de fantasmas reales, a escuchar este lenguaje bronco, a presenciar este drama lúgubre. No es una mera ilustración del parentesco estético entre el naturalismo y la «vanguardia».
Si su significación se redujera a eso no habría merecido la pena: es cosa sabida y, si fuera necesario, se puede explicar por otros medios: no es preciso escribir una obra.
Tampoco es una pura muestra del lenguaje de las zahúrdas; aunque me parece conveniente escribirlo y no se suele hacer. Si la obra interesara en ese sentido, ¿a los lingüistas?, ¿al público en general?, ya sería algo, pero...
Resumiendo, se trata de un momento más de mi solitaria exploración, a la busca de un nuevo drama: en este caso se trata de la incorporación al teatro de una experiencia inmediata, para lo que hay que torear el toro del naturalismo, cuyas cogidas son mortales: una faena difícil...
ALFONSO SASTRE Madrid, 22 de agosto de 1966