Agurtzane Intxaurraga Y Arantxa Iturbe

Agurtzane Intxaurraga Y Arantxa Iturbe Ganador del premio a Mejor autoría teatral en euskera de la XIV edición 2011

“Sólo las cosas envejecen”, nos decían nuestros viejos, “las personas, maduran” (sonríe con una sonrisa dolida), y nosotros sonreíamos porque eran cuentos de viejos. (con impotencia repentina). Pero la sonrisa se arruga a toda velocidad.Y empiezas a olvidar. (pausa) Primero, las cosas: ¿dónde habré metido las llaves? Después, las citas: ¿qué día tengo que volver a la consulta del  doctor? Y aprendes a anotar. (absolutamente impotente) hasta que olvidas mirar tus anotaciones. Olvidas lo que fuiste ayer, olvidas qué has dicho a la mañana y olvidas lo que tienes que hacer al anochecer. Olvidas las pastillas, las gafas, los nombres, los cumpleaños, las caras, los caminos… Y por último, se te olvida dónde estás y por qué, y quien eres. El olvido se apropia de todo. De lo bueno y de lo malo. De lo que merece ser olvidado y de lo que jamás deberías olvidar. No hay muros para detener el olvido.Te lleva de ser alguien a no ser nada. Una vez que te conviertes en nada, el resto comienza a volverse nada. Sólo un pensamiento persiste: el viejo, cada vez más viejo. Sin remedio. Sin excepción. Sin posibilidad de vuelta atrás.