"(…) presto me siento
para surcar el éter por un nuevo camino
hacia nuevas esferas de puro movimiento"
Fausto
"Durante años me he dedicado a contar historias…, pero hoy no quiero ser yo quien dirija al espectador y sí dejar a su imaginación capturar ese momento mágico, donde, sin querer contar nada y a través del movimiento del cuerpo, lo cuentas todo. La danza, el gesto, el movimiento corporal tiene la riqueza de contar sin fin. El movimiento crea una continuidad kinesiológica que sólo es característica de la danza, y de esta manera no nos presenta una narración o una alegoría danzada, sino más bien a través de éstas o sin éstas, un campo de fuerzas, sensaciones y sentimientos. Esta riqueza de expresión abstracta hace de la coreografía un modo de expresión puntual en el tiempo y el espacio, dependiente de los intérpretes y su momento. La coreografía podría pues definirse como el arte del tiempo y del espacio. Esta situación es un signo de la importancia del intérprete en la creación".
Mónica Runde.
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