...Helena de Troya es, posiblemente, una de las mujeres más vilipendiadas de la historia. Lleva sobre sus hombros el peso de haber desencadenado la guerra más famosa de la antigüedad. Diez años estuvo sitiada la poderosa ciudad de Troya por los griegos. Un ejército, como nunca se había visto hasta entonces, se movilizó para forzar a los altivos troyanos a devolver a su legítimo dueño a la reina de Esparta, convertida en Helena de Troya desde que ella misma decidiera abandonar su reino, a su marido y a su hija y seguir a Paris, hijo de Príamo, rey de Troya. Pero como ella misma dice: ¿De verdad alguien en su sano juicio puede pensar que todo aquel despliegue era realmente por mí?
Helena es un personaje sobradamente conocido. Sabemos que fue prometida a Paris a cambio de que él declarara que Afrodita era la más hermosa de las tres diosas en litigio, nos han contado el irresistible furor que produjo que huyera con Paris, es mítica su belleza divina… Pero en todos los episodios aparece como un personaje secundario. Un personaje que desencadena acciones de las que nunca es protagonista. Los poetas de la antigüedad la utilizaron para ensalzar el valor o la virtud de los héroes enloquecidos bajo el influjo de su peligrosa belleza, o para contrastar la situación de las mujeres a las que la lujuria y avaricia de Helena convirtió en víctimas. Si alguna vez algún poeta le dio voz, fue para ampliar los motivos para maldecirla. Fue maldecida por griegos y troyanos convencidos de haber sido arrastrados por su culpa a una guerra interminable. Por griegas y troyanas por ser la causa de la muerte de sus maridos y sus hijos. Y a partir de entonces, maldecida por la historia como representación de la mujer interesada e infiel...
Miguel del Arco
de: www.diphuelva.es