Els Jocs Florals de Canprosa parodia la proliferación de certámenes de poesía y el funcionamiento de estos juegos puesto que, siendo una fiesta destinada a las letras, se había convertido en una fiesta destinada a la política. La obra gira entorno a un triángulo amoroso formado por Tonet, Maria y Ramon. Tonet, el “rimador de pacotilla” simboliza la falsa y banal poesía mientras que Ramon, el verdadero poeta, es capaz de conmover al lector y penetrar en us alma.