Alex decide transformar su cuerpo de forma definitiva y, antes de someterse a la cirugía, sale en busca de su padre para pedirle que le acompañe en el proceso de su tránsito de género. Ernesto, encerrado en el invernadero donde trabaja, desea permanecer al margen de los cambios en el cuerpo de su hija transgénero. Alex cumple ese mismo día dieciocho años.