Nuestra primera célula como ser humano se desarrolla en una membrana llena de agua. Allí nos crecen los pies, los brazos y las uñas. Nuestro corazón late por primera vez. También, nuestro pelo, nuestro estómago crece allí y, tenemos nuestro primer hipo. Envueltos en agua, empezamos a sentir y abrimos los ojos por primera vez. Acostumbramos a ser bautizados, amados, alimentados y acariciados estando allí. ¿Por qué no entonces, vivir en el agua? Tener la boca seca es señal inequívoca de que nuestro medio es el equivocado y es inadecuado para nosotros. O al menos es lo que hemos creído para dejar volar nuestra imaginación al crear esta dramaturgia. Este espectáculo es una fantasía visual dónde a través de los objetos, el cuerpo y la búsqueda del elemento agua como otro actor más en escena, tiene lugar un diálogo interno de alguien que se pregunta sobre su origen como especie, su medio y su cuerpo, deseando ser otra cosa que le ha sido negada. Tengo sed, tengo la boca seca, quiero agua, quiero ser un pez, quiero ser agua.