El buen hacer de L.G. Berlanga y R. Azcona ha dado como fruto algunas de las películas más emblemáticas de la cinematografía española del siglo XX. El Verdugo es una de ellas.
Esta obra de tintes tragicómicos tan próxima a nuestra cultura, por su humor e idiosincrasia, goza como todas las grandes obras de no tener fronteras, de ser universal.
La solidez de su construcción dramática, su latente temática y su lenguaje directo, sencillo, puesto en boca de unos personajes tan cercanos y reconocibles como lo son las circunstancias familiares y sociales por las que estos transitan, hacen que esta obra no sólo sea ya un clásico de nuestro cine sino que, a partir de aquí, pueda convertirse en un texto significativo para el Teatro.
La adaptación que ha realizado Bernardo Sánchez es magnífica, no sólo a juicio nuestro; sus originales creadores también lo creen y, ambos, han apoyado este salto de la obra a la escena. Su fidelidad con el guión cinematográfico, el reto que ello ha supuesto y las interesantes aportaciones que en este Verdugo teatral se ofrecen, harán que descubramos nuevas luces sobre la obra y un muy buen texto.
También L.G.Berlanga reconoce que la construcción de El Verdugo fue íntima, pequeña y teatral en sus cimientos.
La pena de muerte, - aún vigente en decenas de países -, es el agudo pretexto para hablarnos de cómo vamos perdiendo la libertad y los sueños en una sociedad cuyo pragmatismo se ha impuesto con tal fuerza que llega a ser tan ineludible como lo es el instinto de supervivencia. A través de la figura de este Verdugo se nos hace patente la fragilidad del ser humano y las circunstancias que le harán abdicar, llevándole a realizar acciones que, en otras situaciones, creerma imposible.
Más de tres años llevabamos en Teatro de la Danza de Madrid detrás de la idea de poner en escena El Verdugo. Creíamos en el proyecto pero, durante este tiempo, no siempre hemos estado seguros de que fuera viable nuestro empeño. Basta significar al valioso equipo que se ha conseguido reunir en torno a este suceso teatral para justificar dicha espera.
La colaboración de Barbotegi y de la Llave Maestra en la producción, las creativas aportaciones de cada uno de los artistas que aquí participan y el excelente reparto conseguido hacen que al fin, hoy, se haya hecho realidad. Queremos agradecer a todos su entusiasmo, su cariño y su talento.
Teatro de la Danza de Madrid, Luis Olmos
Dirección: Luis Olmos
Escenografía: Gabriel Carrascal
Vestuario: María Luisa Engel
Iluminación: Juan Gómez Cornejo (A.A.I.)
Música: Yann Díez Doicy
Ayte. Dirección: David Lorente
Ayte. Producción: Federico Aladro
Asistente Producción: Rafael Cano
Realización Escenográfica: CONEFE
Realización Vestuario: Cornejo
Maquillaje y Peluquería: Néstor Aizcorbe
Fotografía: Julian Villanueva
Diseño Gráfico: O'Clock Publicidad S.A
Prensa: Encanto Comunicación
Dirección Técnica: Tecni-Front
Equipo Técnico de Montaje: Tecni-Front
Maquinaria: Ramón Valencia
Técnico de Luces: Jon Anibal López
Técnico de Sonido: Mar García
Sastrería: Chus Tristancho
Diseño de Producción: Joseba Arza
Dirección de Producción: Concha Busto
Producción Ejecutiva y Gerencia: Gina Aguiar
Coord. Teatro de la Danza de Madrid:
Roberto Álvarez y Amelia Ochandiano
Distribución: Barbotegi - Concha Busto