El Fantasma de Canterville es uno de los cuentos más conocidos y valorados de Oscar Wilde. Una modélica familia americana adquiere el Castillo de Canterville. A la firma del contrato son advertidos de la presencia de un fantasma. Se trata de Sir Simon de Canterville, el malvado fantasma que desde hace más de cuatrocientos años anda errante por las enormes estancias del castillo, provocando sustos mortales con sus camaleónicas apariciones, digno merecedor por ello del más terrorífico respeto.
La obra nos alerta del desastre al que el materialismo puede abocarnos, y da una visión sarcástica de la actual primacía de Estados Unidos de América del Norte sobre el resto del mundo. Todo ello aderezado con humor y ternura, pero también terror cuando el Sr. Otis dice: “Yo vengo de América, un país moderno donde tenemos todo cuanto el dinero puede comprar”. La versión teatral incluye textos de La importancia de llamarse Ernesto, El abanico de Lady Windermere, Un marido ideal y Una mujer sin importancia, que permiten mostrar la maestría y el ingenio de los diálogos del autor.
Antonio Saura, 27 de marzo de 2002
Dirección escénica y versión: Antonio Saura
Reparto: Antonio M.M., Alfredo Zamora, Lola Martínez, Esperanza Clares, Jacobo Espinosa, Susi Espín y Sergio Alarcón
Música original: Salvador Martínez
Escenografía: Octavio Galán y Susana Rodríguez