La Fundación Artistas e Intérpretes Sociedad de Gestión (AISGE) nos confirmaba hoy una noticia devastadora: el actor Juan Diego Ruiz Moreno, conocido por todos como Juan Diego a secas, fallecía de madrugada en la Clínica de la Zarzuela de Madrid, donde había ingresado hace varios días por complicaciones de sus ya conocidos problemas de salud. Tenía 79 años, y llevaba 65 dedicados en cuerpo y alma a la interpretación. Con solo 15 debutó en el teatro, y con 18 ya había llamado la atención de la crítica sevillana gracias a su papel en Esperando a Godot de Samuel Beckett. Además, se especializó en declamación y comenzó a trabajar habitualmente con Televisión Española, incluyendo Primera Fila, Novela o el popular Estudio 1, ese laboratorio de pruebas para todos nuestros grandes actores y actrices. Mientras iba consolidando su figura entre la profesión, nunca olvidó su compromiso político, y participó activamente del Frente de Estudiantes Sindicalistas y del Partido Comunista de España. Fue precisamente su vehemencia política lo que le llevó a frecuentar círculos más vinculados con la gran pantalla y comenzar su carrera en el cine de la mano de Eloy de la Iglesia (Fantasía… 3 en 1966, Algo amargo en la boca en 1969). La televisión le ocupaba la mayor parte del tiempo, pero Juan Diego siguió abriéndose camino en la industria del celuloide y reafirmando su carrera en el teatro, especialmente con su papel en Olvida los tambores de Ana Diosdado. Fue uno de los cabecillas de la huelga de actores de 1975 y amplió su popularidad gracias a cintas como La casa grande de Francisco Rodríguez (1975) y La criatura de Eloy de la Iglesia (1977), pero quizá este momento le ve crecer especialmente sobre las tablas y ofrece su período más prolífico en el plano teatral.
Su participación en Los santos inocentes de Mario Camus en 1984 lo cambia todo. Es a partir de entonces cuando consolida su carrera en el cine y lo convierte en su actividad principal. Los reconocimientos no iban a tardar mucho en llegar, pero sí se harían de rogar: en 1986 fue candidato al Premio Fotogramas de Plata al Mejor Actor de Cine por hasta tres papeles diferentes sin conquistarlo, El hermano bastardo de Dios de Benito Rabal, El viaje a ninguna parte de Fernando Fernán Gómez y Dragon Rapide de Jaime Camino, con la que también consiguió su primera nominación al Premio Goya. En 1988 repitió triple candidatura al Fotogramas de Plata con Así como habían sido de Andrés Linares, Jarrapellejos de Antonio Giménez-Rico y Pasodoble de José Luis García Sánchez, y además vuelve a competir por el Goya por La noche oscura de Carlos Saura. Es en 1991, a la tercera, cuando va la vencida: con El rey pasmado de Imanol Uribe conquista su primer Goya, un Premio Turia y el Premio de la Asociación de Cronistas del Espectáculo de Nueva York. Y al año siguiente le llegaría su primer gran premio de teatro, de parte de la Unión de Actores, por su papel protagonista en No hay camino al paraíso, nena –de Jesús Cracio con textos de Bukowsky y música de Tom Waits– .
En 1999, con París-Tombuctú, la última película de Luis García Berlanga, conquistó su segundo Premio Goya, y en el 2000 recibió por su papel teatral en El lector por horas de Sanchís Sinisterra el Premio Max a Mejor Actor Protagonista. Todo han sido laureles desde entonces. Los recibidos por su participación en la serie de Antena 3 Padre Coraje, por las películas Torremolinos 73 (Pablo Berger, 2002), El séptimo día (Carlos Saura, 2004) y Vete de mí (Víctor García León, 2006), con la que consiguió su tercer Premio Goya (primero en la categoría de Actor Protagonista) y que también le valió su primer Fotogramas de Plata y su primera y única Concha de Plata al Mejor Actor en el Festival de San Sebastián. Siguió trabajando hasta el final y dejando papeles para el recuerdo, como el de 23-F, la película, el de Lope, el de Anochece en la India o el de No sé decir adiós (estos dos últimos le recompensaron con sendas Biznagas de Plata en Málaga, el premio que más veces ha recogido). Miembro de la Academia de las Artes Escénicas de España, Medalla de Andalucía (2003) y Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes (2006), en 2015 también recibió la Medalla de Oro de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España. Su última aparición en la gran pantalla tuvo lugar en El cover de Secun de la Rosa y, en la televisión, cerrando un ciclo con el que ha sido quizá su papel más recordado: el comisario de la exitosa (y genial) Los hombres de Paco.
Descansa en paz, Juan Diego.