Psicosis 4.48

En Psicosis 4.48. asistimos a la última hora antes del suicidio de Sarah Kane, como si ella misma convocara al espectador al proceso mental y físico que la va conduciendo trágicamente hasta la muerte, como si hubiese algo en ese proceso, algo que es naturalmente performático. La propuesta, intimista e instalativa, invita al espectador a introducirse en la anatomía de la protagonista, microfonando el espacio hasta captar los más mínimos detalles sonoros de sus balbuceos, respiraciones y gestos, y concibiendo la interpretación como un fenómeno físico que hace consciente la representación, en el que la actriz acompaña al personaje, abriendo toda la gama que abarca desde el distanciamiento a la identificación total. Natalia Huarte encarna a una Kane que, encerrada en su habitación, nos va dando las claves de su biografía, en la que ha ido buscando sin éxito la salvación a través del amor, nos va compartiendo el profundo sentimiento de culpa y la incapacidad para soportar la violencia inherente al ser humano, en la esfera más íntima y en la histórica. Tranquila, lúcida y con una paradójica esperanza en la muerte, decide abandonar el mundo delante de los ojos del espectador.