Es una ópera de cámara en un acto que narra las vicisitudes de una persona con trastorno límite de personalidad. Durante los primeros años de la psiquiatría se acuñó un término que designaba el “lugar” en el que las personas sufrientes -TLP, límite o borderline-, se encontraban, se acurrucaban, conseguían sobrevivir, ese lugar era BORDERLAND. Si bien en 1884 C. Hughes describió BORDERLAND como el límite mismo de la salud mental, la pieza que nos compete muestra al espectador las verdaderas alas de cera que afloran de los omoplatos de una persona límite. El lugar en el que sentirse libre y resguardado es la propia psique. El abrazo perenne que hace a la protagonista sobrevivirse a sí misma, mecerse en su mundo: BORDERLAND. La tierra en la que los limítrofes, borderlines se encuentran. Limbo en el que se hallan aparentando ser “normales”, esforzándose por encajar en ese mundo neuronormativo en el que no tienen cabida. Lucha doble Elle es el ser protagonista que narra su experiencia vital -que no está entre los límites mismos de la salud mental-, tal y como afirmaba el listo de Hughes: “Una amiga me dijo una vez que cuando se refieren a “límite” no quiere decir que yo me encuentre en el límite de la locura y la cordura, sino que no tengo límites. No pongo y no tengo, ni para lo bueno, ni para lo malo. Los límites se desdibujan bajo mis pies. Los límites de las líneas de los edificios se despliegan. Si no hay límites ¿cómo hay un límite que defina las formas de dichos edificios? Quizá sin límites es el todo o la nada, es BORDERLAND”.