¿Cómo vivimos sabiendo que un día dejaremos de estar vivos? Pont Flotant vuelve a enredarse en los hilos de la memoria para cuestionarse cómo gestionamos, cómo reaccionamos, cómo educamos, cómo nos preparamos ante un hecho inevitable e irreversible como es la muerte. Un eclipse total como metáfora, como anticipo, como ensayo de un destino insalvable: el final de nuestros días. Una propuesta que impregna de humor el ritual, que mezcla lo transcendental con lo cotidiano y que parte de lo íntimo y personal hacia lo social. Un canto a la inmensidad. Un ejercicio escénico que intenta relativizar la vida, para vivir quizás con más consciencia ese minúsculo instante que supone nuestra existencia en toda la historia de la humanidad.