Un cuerpo puede decir su verdad cuando asume un lenguaje propio, el suyo. Un cuerpo se vuelve mapa de posibilidades a partir de su diferencia, cuando respira y mueve su desigualdad con respecto al resto de cuerpos. Es en esa relación de desigualdad donde se halla auténticamente libre. ‘Go figure’ es, ante todo, un paisaje de desigualdad donde Shmuel puede observar el funcionamiento de su cuerpo, reconocerlo, poner en valor aquello que condiciona y define su movimiento, transformarlo en un puente hacia la conexión con el otro. A esta llamada acude Tomer, quien recoge la invitación de diálogo de Shmuel y cruza el puente. Durante su búsqueda de un balance que surja de los límites que imponen o revelan las capacidades de ambos, nace una belleza que no quiere ser nada más que ella misma. Belleza que resulta de la voluntad de apoyarse sin desdibujarse, del deseo compartido de ser territorio de la verdad.