Nuestra FARRA quiere reivindicar la celebración, el disfrute, el derecho a holgarse, la cultura, la comunidad frente a la hiperactividad, el exceso de trabajo, el consumo y la velocidad de los tiempos actuales. Queremos reivindicar lo valioso de la palabra, del teatro y de la música para desarrollar la imaginación; beber de nuestro patrimonio cultural para provocar una catarsis en el espectador, desatar la risa y ensalzar la cultura como salvación ante el desánimo. Queremos que esta FARRA sea una bocanada de aire fresco, una fiesta donde celebramos la vida, un lugar de encuentro, de comunión, de regocijo, risa y divertimento. Un teatro donde se juega, donde la escena juega y el público viene con ganas de jugar, de pasárselo bien. No pecamos de ingenuos, de excesivamente idealistas o románticos (aunque lo seamos), ni creemos que vivimos en un mundo de colores donde los problemas no existen y la gente sonríe constantemente por la calle, regala corazones y ofrece besos a mansalva. Al contrario, vivimos plenamente en el presente, implicados con la actualidad y con los problemas sociales que nos rodean y, de hecho, esto es lo que nos impulsa a crear esta FARRA, el enorme deseo de apoyar esas causas y de ofrecer una mirada optimista, lúdica, festiva y jovial para el día a día. Que el teatro, la música, el circo, la poesía y tantas otras artes sean el alimento que nutra nuestro presente.